El Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela durante la madrugada del lunes 29 de julio de 2024. Sin embargo, el organismo no publicó los resultados detallados mesa por mesa, como lo demandaban la oposición y varios gobiernos internacionales. La oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), denunció fraude y convocó a asambleas ciudadanas para el martes, mientras se registraba una ola de protestas en una veintena de estados y en la capital, Caracas.
Luis Torres y Alexandra Durán, dos venezolanos residentes en Ayacucho, son parte de una creciente comunidad de expatriados que huyeron de Venezuela en busca de una vida mejor. Luis, ahora comerciante, recordó cómo la represión y violencia en las universidades venezolanas lo llevaron a emigrar. “Estaba estudiando contaduría pública cuando la situación se volvió insostenible. Vi cómo asesinaron a compañeros y cómo los torturaron por participar en protestas pacíficas,” relató. Aunque dolorosa, su decisión de emigrar fue impulsada por la esperanza de regresar a una Venezuela libre y democrática.
Alexandra, una bioquímica que trabaja en un laboratorio local, explicó que la crisis económica fue el principal motivo de su partida. “El sueldo no alcanzaba para nada, ni siquiera para comprar comida básica o cubrir necesidades esenciales. Recuerdo tener que caminar largos trayectos porque no podía pagar el aceite para mi moto,” explicó. Además, el deterioro de los servicios públicos, como el agua y la electricidad, también influyó en su decisión de emigrar.
Ambos expresaron su preocupación por los recientes acontecimientos en Venezuela, donde Nicolás Maduro se declaró ganador de las elecciones sin resultados verificables. Luis lamentó la falta de transparencia y el hecho de que no hubo observadores internacionales. “Es frustrante ver desde el extranjero cómo la dictadura se aferra al poder. Mis familiares me cuentan que los resultados no coinciden con lo anunciado por el gobierno. Fue un fraude descarado,” afirmó. Alexandra compartió su desilusión, señalando que la falta de transparencia y la coacción de votantes son evidentes.
Luis y Alexandra mantienen contacto regular con sus familiares en Venezuela, quienes enfrentan escasez y represión. Luis mencionó que su madre a veces no tiene agua y la electricidad es intermitente. “Es como si el país estuviera retrocediendo en el tiempo. La situación es aún peor en las regiones tradicionalmente opositoras,” agregó.
A pesar de la desesperanza, ambos mantienen algo de optimismo. La presión internacional y las recientes manifestaciones les han dado esperanza. “Ver a países como Argentina pidiendo transparencia es algo positivo. Nos da esperanza de que el mundo finalmente está viendo la verdad,” dijo Luis. Alexandra también expresó su agradecimiento por la solidaridad internacional y su esperanza en que pueda haber un cambio real en Venezuela.
Ambos expresaron su gratitud hacia el pueblo argentino por la recepción cálida y el apoyo que han recibido. “Estamos agradecidos por la nueva vida que hemos encontrado aquí en Argentina, mientras seguimos esperando el día en que podamos regresar a una Venezuela libre,” concluyó Luis. La historia de Luis y Alexandra refleja la resiliencia y esperanza de muchos venezolanos que buscan un futuro mejor.
